Precalienta el horno a 200°C (400°F). Asegúrate de que esté bien caliente para obtener una cocción uniforme.
Limpia el pollo y sécalo con papel de cocina. Esto ayudará a que la piel se dore mejor y quede más crujiente.
Frota el pollo con aceite de oliva, sal y pimienta. Este paso es crucial para darle un sabor sabroso y una piel dorada.
Coloca el limón y la ramita de romero dentro de la cavidad del pollo. Estos ingredientes infundirán al pollo con sabores frescos y aromáticos durante la cocción.
Coloca el pollo en una bandeja para hornear y vierte la cerveza negra (Bartola) sobre él. La cerveza negra no solo añade un sabor robusto, sino que también ayuda a mantener el pollo jugoso.
Agrega los dientes de ajo machacados alrededor del pollo en la bandeja. El ajo se infundirá en los jugos de cocción, creando una salsa deliciosa para acompañar.
Hornea el pollo durante aproximadamente 1.5 horas, o hasta que esté dorado y cocido. La cerveza y los jugos del pollo se reducirán, creando una salsa rica y sabrosa.
Sirve el pollo caliente con los jugos de cocción. Puedes acompañarlo con verduras asadas o una ensalada fresca para una comida navideña completa.